EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Meses atrás nuestra actual alcaldesa solicitaba a los distintos colectivos de Jerez, nombres de mujeres que fueran merecedoras de figurar en la nomenclatura callejera de la ciudad. En el primer Jerez intramuros ya se hacía mención a personalidades femeninas que, teniendo una destacada trayectoria habían perdido su nombre del callejero jerezano, recordemos Sor Eulalia (calle Nueva) o Carmen Núñez de Villavicencio (plaza Plateros), ellas son mujeres que por su importante labor a favor de nuestra ciudad merecen el recuerdo de su memoria dando nombre a una calle jerezana:
De tiempos pasados sobresalen los nombres de Sor Rita de Cazares Mirabal, religiosa agustina del convento jerezano de Santa María de Gracia, famosa en su época (siglo XVIII) por sus hechos prodigiosos; Ana Díaz, fundadora en 1643 de la institución benéfica Beaterio de las Nazarenas, cuyo noble edificio aún se conserva, en parte, en la esquina de la calle Gaitán con San Juan Grande y cuyos fines era el acoger a mujeres descarriadas y sin hogar, o Inés de Medina, venerable jerezana que vivió en el siglo XVII y que figura con letras de oro en las crónicas de la orden trinitaria, pero sin lugar a dudas la religiosa que merecería este homenaje es Sor Agustina, aquella alcaldesa pedánea que tanto se desvive por los marginados y por los necesitados.
Otros nombres de jerezanas que bien podrían formar parte del callejero local y lo encontramos en el mundo flamenco desde jerezanas internacionales como Carmen Flores o la Paquera de Jerez, pasando por bailaoras y cantaoras de tronío. Pero, quienes merecen el reconocimiento de la ciudad son esas mujeres de la peña flamenca de Tío José de Paula, embajadoras del arte, la gracia y el embrujo jerezano.
Faltan nombres de mujeres que tanto han contribuido al esplendor do nuestra Semana Santa, bordadoras como la hermana Matilde Cobos, carmelita, Sor Carmen Blázquez del colegio del Salvador, o Esperanza Elena Caro, sevillana,- que dejaron un importante elenco artístico para nuestras cofradías, Pero, el nombre que más justicia histórica daría a una calle de Jerez, sería el rotulo: Calle de las hermanas de Jesús por su ejemplo durante siglos de jerezanía, de constancia y de emblema de Las raíces más profundas de nuestro Pueblo.
Del mundo del arte local es justo dejar en la memoria el nombre de Josefa Domecq Núñez de Villavicencio a cuyo generosidad los jerezanos debemos el poder disfrutar de una auténtica joya patrimonial, la iglesia de las Reparadoras o el de Juana Fernández Zacarías “La Dueña” quien mandase a construir el impresionante ábside de San Juan de los Caballeros o escritoras como María de Xerez o Pilar Paz, o esas mujeres que vienen luchando al frente de centros para discapacitados, rehabilitación de drogadictos, o guarderías de niños necesitados, todas esas mujeres que tanto ayudan, al frente de sus organizaciones a ese Jerez marginal, deben ser perpetuada por su testimonio ejemplar. Y en especial el recuerdo perenne de gratitud para La tata aquella mujer que día a día arreglaba los juguetes desinteresadamente para regalar ilusión la noche mágica de Reyes.
Y quizás algún día, cuando por encima del partidismo y del electoralismo prive la imparcialidad democrática y sin mirar el aspecto político, se dé el nombre de calles a dos mujeres que han hecho historia en Jerez, con sus luces y sus sombras, sus dos alcaldesas, María José García Pelayo y Pilar Sánchez, el tiempo todo lo pone en su sitio.
Si algún nombre de las vías urbanas recuerda y enaltece a la mujer jerezana ese es el de avenida de la Libertad, porque representa el mejor reconocimiento a quienes han tenido que padecer, durante años, la prisión de una mentalidad injusta. Sólo es necesario, Sra. alcaldesa, que debajo de la palabra libertad figure: "En homenaje a la mujer jerezana". Valen más los logros colectivos que los nombres propios.
(Artículo publicado en Información Jerez el 21 de enero de 2006)
Carmen Carriedo "María de Xerez",(1880-1956) escritora jerezana. |
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