La rosa, como cualquier ser vivo, tiene su hábitat particular, aquel espacio en donde por naturaleza se desarrolla y en donde alcanza toda su belleza y esplendor.
Alguien dijo en cierta ocasión que la Semana Santa jerezana es como una rosa, delicada, extremadamente bella, pero con espinas, unas espinas que más que afear sirven para proteger lo que es intocable, lo que sólo permite un normal crecimiento que hace que nazcan nuevas flores y la planta adquiera toda su hermosura.
Nuestra Semana Santa en los últimos tiempos ha sufrido tantos trasplantes de macetas que hace que empiecen a surgir hierbajos que no dejan crecer al rosal. La Hermandad de la Yedra, siguiendo con el símil vegetal, está siendo una de las más perjudicadas por estos cambios de tiestos. La ampliación de la Carrera Oficial, las corrientes que quieren unas hermandades siguiendo unos mismos parámetros y en especial la trasformación de una Madrugada Santa que, de estar casi vacía ha pasado a estar llena de público pero no precisamente de quienes hacen de la calle un auténtico testimonio de fe, viene reportando una serie de inconvenientes para los recorridos procesionales de las cofradías y más concretamente para esta hermandad de la Plazuela que, una vez más, ha tenido que hacer la llamada de atención para que la Semana Santa jerezana no sufra más trasplantes, que las cofradías ni pueden ni deben estar a expensas de quienes la manejen desde fuera y menos aún que sean manoseadas, porque como diría el poeta, la Semana Santa es como la rosa que cuanto más se toca más se estropea.
La Semana Santa jerezana sufrió el gran trasplante cuando tras la Guerra Civil se implanta la Carrera Oficial y las cofradías se tuvieron que adaptar a nuevos métodos más sevillanistas, ganando oficialidad y brillantez pero perdiendo algunas tradiciones seculares.
El nuevo siglo XXI ha traído consigo otra gran trasformación, tanto a lo que respecta a la estética en la calle como a la mentalidad sobre los fenómenos religiosos, ahora, con motivo de la incorporación de nuevas hermandades, se habla de una reestructuración de los días santos y hasta se pide que en algún lugar del recorrido procesional se sustituya cualquier marcha procesional, por el himno de Andalucía, una iniciativa que no estaría nada mal si, a cambio, en algunas de las sesiones más importantes del Parlamento Andaluz se interpretara Amargura de Font de Anta.
Dejando incongruencias aparte yo me quedo con aquello de que el gran triunfo de las cofradías era el no haberse adaptado a los tiempos sino que los tiempos son los que, precisamente, se han ido adaptando a ellas. No se puede adaptar una maceta de rosas a un rincón oscuro de la casa porque se marchitaría, por muy bien que quede allí, hay que adaptar la decoración de la casa a ese ramo de flores si querremos conservarlo, darle la luz que necesita, aire para que respire y espacio natural para que crezca, las flores bellas hay que mimarlas, abonarla; no dejarle que se seque y podarla sólo cuando haga falta, cambiarla de tiesto con cuidado, cuando las fuerza de sus raíces pidan mayor espacio para alimentarse y cambiarla de sitio, únicamente, cuando ella necesite un mejor lugar, no cuando los inquilinos de la casa se cansen de verla allí o tenga que dejarle el sitio a otra nueva o, peor aún, porque en aquel lugar sean maltratadas.
Las hermandades de penitencia son las rosas de la Semana Santa, sin ellas la Semana Mayor jerezana desaparecería, por ello ha llegado el momento de pensar más en ellas en particular y menos en la Semana Santa en general, más en la maceta de rosas y menos en la decoración general de la casa, más en los de dentro y menos en lo de fuera, más en su esencia penitencial y menos en su capacidad vecinal , más en lo que da vida a todo esto y menos en lo estético o lo que interesa a los demás. Que las circunstancias no manoseen más a las cofradías porque si no cuidamos estas rosas, ellas solas se marchitarán y permanecerá, únicamente, la inerte cara de las espinas.
(Artículo publicado en Información Jerez el 11 de febrero de 2006. De nuevo, siguiendo la tónica de los últimos años, se alzan voces propiciando el cambio de la Carrera Oficial).
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