Cuentan que los gaditanos castizos, es decir, los de Puerta Tierra para adentro, tienen autentico pavor a que se les atasque uno de los bajantes de sus casas, porque con la obra lo mismo puede salir una escultura fenicia que un circo romano; pues bien, eso es lo mismo que ocurre en Jerez, cuando algún osado se atreve a realizar obras en alguna de sus casas particulares del caso antiguo, concretamente, en la zona más primitiva, en el entramado de calles entre San Mateo, San Lucas y la Catedral, de seguro puede encontrarse con restos de viviendas del Jerez medieval o algún detalle decorativo correspondiente a épocas antiguas.
Si tuviéramos que situar al verdadero Jerez intramuros, este no sería, sin lugar a dudas, el que se haya en el interior de las antiguas murallas que guarecían a la ciudad, el Jerez intramuros se encuentra en el interior de los muros de sus antiguas viviendas, es un Jerez desconocido porque permanece tapado como esperando su resurrección, un Jerez que ha venido soportando, calladamente, el paso de los años y las necesidades de cada momento, un Jerez sepultado por trasformaciones que han dejado ocultos antiguas construcciones de interés, un Jerez a expensas más de las necesidades de viviendas que de respeto a unas estructuras arquitectónicas, señas de identidad de un caserío que ha tenido que sufrir, durante toda su historia, cuantos desaguisados le eran impuestos en aras de un mejor aprovechamiento de los espacios y, por consiguiente, una mayor rentabilidad. Y lo peor de todo esto, no es el hecho en sí, de que en un dormitorio de una casa de vecinos se encuentre, por ejemplo, casi tapada por las manos de pintura, una columna con capitel renacentista o que todo un artesonado mudéjar permanezca oculto tras distintos techos de escayolas, lo más grave es que muchos, de estos elementos artísticos que, gracias a Dios, aun siguen en pie, están en manos de quienes no lo saben valorar porque no han sido educado para ello y en algún que otro caso, porque económicamente es más beneficioso que esos detalles de interés históricos sigan tapados o desconocidos.
El casco antiguo de Jerez está lleno de casas particulares que en el interior de sus muros guardan valiosos tesoros arquitectónicos y que seguirán así, tapados por la cal, si tienen la suerte de que alguien desarmado no lo destruya o si por el contrario alguna institución o algún aventurero, amante del arte de Jerez y de su historia logre sacar de su cautiverio.
Manolo Flores, con el que compartí estudios artísticos hace ya unos años, y su mujer, han sido uno de esos descubridores del siglo XXI que con su esfuerzo y trabajo de años está consiguiendo sacar a la luz toda la historia artística y monumental de una casa de la jerezana calle Salvador, una columna mudéjar y un arco peraltado dieron la pista de que en aquella, entonces deteriorada casa de vecinos, había un tesoro por descubrir y así fue, cinco años después lo mudéjar y la alta edad media se dan la mano con el siglo XVI y XVII en un patio que es una auténtica preciosidad, una tarea apasionante que ha hecho sacar a la vista de todos lo que nunca debió de ser ocultado.
Mi profesor de Historia del Arte, Francisco Pinto, admirable tanto por su talento artístico como por su calidad humana, me enseñó que dentro de cualquier trozo de madera siempre hay una escultura, sólo hay que saber quitar lo que sobra, pues esto es lo que han hecho este matrimonio jerezano y algún que otro vecino del casco antiguo: quitar lo que sobra, enhorabuena por ello, que cunda el ejemplo y que su labor reciba el apoyo y la ayuda de todo tipo que merecen. Ojalá que, como en esto, en muchas otras cosas de nuestro Jerez sepamos descubrir lo valioso que permanece oculto bajo un muro deformado por el tiempo y tiremos al contenedor de los escombros todo lo que sobra y no nos permite ver lo que verdaderamente merece la pena.
(Articulo publcado en Información Jerez el 23 de julio de 2005 .El delegado provincial de Obras Públicas y Vivienda de la Junta de Andalucía, Pablo Lorenzo, presidió esta semana la entrega de llaves de seis viviendas de una finca rehabilitada en la calle San Juan. En concreto, los pisos entregados ayer pertenecen a una finca del siglo XVIII y, durante su rehabilitación, se han recuperado antiguos muros descubiertos)
Manolo Flores en su patio de la calle del Salvador, en plena obra. |
Y que esconderan esas columnas y esos ladrillos y el subsuelo de ese patio? Deshacernos de la cal nos resulta facil, pero deshacernos de esas columnas seria un pecado.
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