lunes, 3 de enero de 2011

ESPEJITO MÁGICO

    

     DEDICADO AL ABUELO MANUEL

     Una de las noticias más impactantes de la semana ha sido la llegada a Jerez del "Virtualtwo" , un probador virtual para las tiendas que permitirá a los clientes probarse cada una de las prendas sin siquiera desabrocharse un botón, ya que todo es mediante una pantalla táctil en 3D. Con un solo dedo, este tipo de probador permite probarse todo lo que uno quiera, desde ropas a peinados y maquillajes gracias a los avances de las nuevas tecnologías.
   
     Estos probadores de pantalla táctil vendrán a suplantar a aquellos recónditos probadores de grandes espejos y cortinitas de siempre, los que hay que buscarlos porque se pierden entre percheros y ropas almacenadas pero, es más, porque la pantalla táctil podrá sustituir, con el tiempo, a los mismos espejos de toda la vida.
   
     Hubo un tiempo en que por las ferias se exponían para disfrute de los visitantes, junto con las hermanas Colombinas, dos señoras de buen comer que mostraban sus espectaculares voluminosidades, la mujer serpiente y otras atrocidades que hoy, de seguro, estarían penadas por ley por la degradación que se hacían del sexo femenino y junto al teatro de Manolita Chen, el laberinto, el tren de los escobasos, los patitos moviéndose y dando vueltas mientras los niños metían las manos en el agua y otras atracciones peculiares de la feria de hace unos años, estaban los espejos, especies de probadores para la risa, donde por las deformaciones de los mismos se podía ver uno completamente transformado, los delgados gordos, los altos bajitos, los bajitos espigados, cabezas enormes, piernas recortadas, seres monstruosos sobre la base del propio retrato. Aquellos espejos, sin necesidad de efectos virtuales venían a servir para lo mismo que estos de ahora de la nueva tecnología, para convencernos de que podemos ser peores, venía a reafirmarnos nuestra autoestima y sobre todo para potenciar el sentido del humor riéndonos de los demás y de nosotros mismos.
   
      Era la magia del espejo, ese que en muchas ocasiones pasa desapercibido pero que es tan imprescindible para la humanidad como lo es hoy el móvil. En la sociedad de la imagen y, también, de las vanidades, el espejo es un filtro necesario que ofrece seguridad y garantía. Si la sociedad perdiera los espejos sería el principio de una ceguera colectiva hacia un mundo virtual, prefabricado, de sueños pero irreal.
    
     Los buenos retratistas saben que si quieren triunfar ante sus clientes tienen que, sin perder los rasgos fundamentales y la impronta personal, disimular defectos y carencias, es la forma de que los humanos nos sintamos satisfechos.Un lujo que, por supuesto, no nos permite el espejo, que nos muestra la realidad por muy cruda que esta sea.
   
     Mi abuelo descubrió un día la fórmula química para fabricar espejos y como un alquimista italiano de la época medieval, se dedicaba todos los domingos en la soledad de su taller a crear espejos. Aquel taller se transformaba en laboratorio con olor a amoniaco, de donde salían planchas de limpios espejos dispuestos para enmarcar o para cubrir estancias.
    
     Mi abuelo, como Geppetto, el padre de Pinocho, daba vida propia a las planchas de cristal, cubriendo su transparencia con las imagenes de su alrededor. Entre productos químicos mezclados con agua, donde antes pasaba la luz quedaba el reflejo, donde antes parecía que no había nada, porque por el cristal lo dejaba pasar todo, ahora aparecía su propia imagen, las vigas del techo, las sombras y las luces de la estancia. El cristal se convertía en espejo como abriéndose a una profundidad antes invisible, era una transformación hacia la realidad que le rodeaba, era, la duplicidad del espacio, de la luz y de los objetos, contenida en una plancha de cristal que descansaba sobre la vieja mesa de madera con canelones para dejar correr el agua, era un milagro químico que se llenaba de imagenes sobre una mesa de operaciones.
   
     El espejo tradicional nos hace estar frente a frente , con la verdad por delante pero respetando la propia identidad de las cosas sin llegar a ser ellas mismas. Para comprobar ese respeto a la auténtica identidad solo tenemos que darnos cuenta que por muy perfecto que sea un espejo nuestra imagen siempre saldrá distorsionada por el simple concepto de izquierdas y derechas.
   
      Esa es la magia del espejo que tanto nos aproxima a la realidad sin invadirla. Mi abuelo conocía la magia de los espejos, por eso guardó la fórmula como un tesoro y por eso levantó su propia industria con los dos socios que sabía que nunca le fallarían porque se complementaban, el cristal y el espejo. Ese espejo, que aunque ahora se convierte en un ser virtual, como en el cuento de Blancanieves, tantos humanos le seguirán preguntando,frente a frente, buscando esa juventud y belleza eterna: "Espejito mágico, di la verdad si me quieres", aún temiendo que su respuesta no sea la que deseamos por muy "Virtualtwo" que se llame.
    
       (Artículo publicado en Información Jerez el 18 de julio de 2009) 

Manuel Velo Guerrero 1905-1981

Jerezano del barrio de San Lucas, vivió la mayor parte de su vida en la Albarizuela. Conoció los misterios del vidrio y la fabricación de espejos trabajando con D. Diego Díez Gutierrez y posteriormente con D. Vicente del Pueyo. En 1944 crea su propia empresa "Cristalería Velo" que abastecería de vidrios y espejos a todo Jerez y localidades cercanas. Fue nombrado vocal de la Asociación Provincial del Vidrio y la Cerámica y propuesto para el título de "Jerezanísimo" por su aportación a la promoción del empleo y al desarrollo comercial de Jerez. Casado con Consuelo Cardoso Barragán tuvo tres hijos Eduardo, Consuelo y Rosario y nueve nietos.

      

1 comentario:

  1. Fué un Gran Hombre Descanse en Paz.Yo trabajé con Él de niño , en la Calle Bodegas.

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