sábado, 13 de noviembre de 2010

LAS BAJADAS DE LAS VENTAS




    Un adinerado y caritativo amigo extranjero me contó como todos los años acudían a verle los representantes de una institución religiosa, a quienes siempre le entregaba un cheque por valor de 100 libras.

    Un año, sin embargo, cuando el cobrador llamó a su puerta, mi amigo le dijo: “La verdad es que no conozco a esa gente , y tengo muchas peticiones. Así que le daré 50 libras”, y le tendió un cheque por esta cantidad. El hombre agradeció cortésmente el donativo y dio la vuelta para irse. Entonces mi amigo le preguntó: “Por qué no trata de que le dé 50 más, como suelo hacer siempre?”. El hombre sonrió “Tengo un taxi esperando fuera”, dijo.”Durante el tiempo que tardaría tratando de convencerle para que me diera ese dinero, probablemente pueda hacer otro par de visitas. Y en cualquier caso le estoy agradecido por las 50 libras y no quiero molestarle más”.Mi amigo le dio otras 50 libras y le pidió que volviera al año siguiente.

    En otra ocasión leí que un ladrón fue atrapado en el jardín de un millonario, con una radio en el bolsillo.  “¿Qué quieres que hagamos con él?” le preguntó la policía. “Dejen que se vaya”, contestó el potentado. “En verdad, todos empezamos así, con poca cosa”.

    En una tienda de souvenir colocaron una vez un anuncio que decía :”Se hablan treinta idiomas”. Un cliente entra e intenta hacerse comprender en francés, pero nadie le entiende. Otro cliente le dice al encargado: “¿No se habla treinta idiomas en este establecimiento?. El vendedor contesta “Eso se refiere a los clientes…. no a nosotros. Pase usted aquí un día entero y verá como no mentimos”.

    Otro caso, que ya he mencionado en cierta ocasión, se refiere a un propietario de una pequeña sastrería que, llevando una vida modesta, pareció tambalearse cuando dos importantes firmas de confección, con un gran número de sastres, inauguraron sus respectivos establecimientos a ambos lados del suyo. “Que vas a hacer ahora?”, le preguntó un amigo.“No te preocupes” le dijo el propietario, “todo irá bien. Me limitaré a cambiar el letrero de mi tienda”. “¿Y que beneficios te traerá eso?”. “Todos”. ¿Y que nombre piensas darle?”. “Le pondré ¡Entrada principal!.

    Todos estos ejemplos, que se pueden encontrar en libros de desarrollo personal, nos vienen a decir que en tiempos de vacas flacas hay que agudizar el ingenio. Que cuando bajan las ventas, como parece ser que ha ocurrido esta pasadas fiestas navideñas, porque la economía flojea y la competencia es fuerte, lo más conveniente para el pequeño comercio es tener, lo que se llama, vista comercial.

    Hace unos años no era necesario ingeniársela para que las ventas no decayesen, aunque la competencia también existía. Por ejemplo en Jerez en el año 1929 habían 106 tiendas de ultramarinos, 22 de tejidos, 70 barberías, 33 panaderías, 43 lecherías y más de 130 tabancos y no le faltaban ingresos. La diferencia radicaba en que, entonces, todos competían por igual, casi todas las tiendas de ultramarinos, de tejidos, las barberías, las panaderías, las lecherías y los tabancos eran iguales, la diferencia estaba en la clientela y en su fidelidad, a veces trasmitida de padres a hijos y otras, las más usuales, por cercanía con el domicilio. Al no existir, entonces pez grande el chico podía vivir sin peligro.

   Todo esto ha cambiado y solo la vista comercial y la audacia es capaz de mantener al pequeño comercio frente a la potencia de las grandes superficies.

   La audacia, hoy, es el mejor recurso para mantener un negocio . Como diría Thomas Fuller: La audacia en los negocios, lo primero, lo segundo y lo tercero.

    (Artículo publicado en Información Jerez el 12 de enero de 2008. La crisis del comercio tradicional se ha agravado por las grandes superficies comerciales que se han instalado ultimamente en Jerez) 


La calle Algarve es, desde siempre, una vía emblemática del comercio jerezano


La Mantequera Jerezana uno de los clásicos comercios que sucumbieron con los nuevos tiempos











No hay comentarios:

Publicar un comentario