jueves, 4 de noviembre de 2010

SAN MIGUEL ABRE SUS PUERTAS

   

    El jerezano templo de San Miguel es la catedral que para sí quisieran muchas diócesis del mundo. Una joya del patrimonio local que desde la próxima semana abrirá sus puertas, de forma regulada, en un horario mucho más amplio del que se vanía haciendo, con el fin de poner a la vista de los fieles y visitantes cuantas maravillas encierra.
   
    San Miguel es una auténtica maravilla desde su campanario hasta la pieza más insignificante de su tesoro. San Miguel es historia que se remonta a más de cinco siglos atrás. Es monumentalidad en sus cuatro portadas, la principal, las laterales y la del Sagrario. Es emblema de Jerez que se alza y se recorta en el horizonte. Es, en su torre-fachada, una de las obras cumbre del arquitecto Moreno Meléndez. Es santo y seña de un barrio con arte y con solera.
    
     San Miguel en su interior es una explosión artística, donde se une lo más florido del gótico, con el marienismo más acertado, junto al barroquismo más acuciado y lo más elegante del neoclásico. San Miguel es destello de colores partiendo de vidrieras e invadiendo complejas bóvedas de profusos terceletes y combados. Es tracería gótica en sus arcos, pilares y ventanales. Es oscuridad de tinieblas en sus rincones y en sus misteriosas criptas. San Miguel es en su actual retablo mayor, el resultado de una obra portentosa donde trabajaron los mejores artistas del momento. Es, en su plenitud, Juan de Oviedo, Martínez Montañés, Gaspar del Águila y Miguel de Zumárraga. Es José de Arce con su barroquismo más señorial, es la perfección del nudismo en su Batalla de los Ángeles,  es la pulcritud de los paños, la sabiduría de los encuadres. El retablo mayor de San Miguel es un emporio de arte que nace clásico y, a través del marienismo, se va haciendo barroco sin perder su monumentalidad.
   
    Pero es que San Miguel no es sólo fachada y retablo mayor, es también rico programa iconográfico en la bóveda de la capilla del Socorro, es museo de pintura que recorre todos sus muros, con obras a la altura de Zurbarán, Valdés Leal o Miguel de Luna. Es excelente escultura del Santo Crucifijo de la Salud. Es enterramiento del caballero veinticuatro Diego de Pavón. Es barroquismo exagerado mezclado con símbolos tenebristas en el altar de Ánimas y artesanía pura de la madera en sus canceles, bancos y confesionarios.
   
    Y además de todo esto, dirijamos nuestros pasos a su Sagrario que es un auténtico templo dentro de otro templo, una obra prodigiosa de Juan Ximénez Alejandro y Domingo Mendoviña. Desde su impresionante portada interior con su barroca exaltación a la Eucaristía hasta su retablo-tabernáculo de estilo rococó, es un derroche de arte y buen gusto dentro de un espacio de los más exquisito y refinado.
   
    Y aún quedan más cosas en San Miguel si se decide a entrar. Su suntuosa decoración de la Sacristía y ante-sacristía o su valioso tesoro con soberbias piezas de orfebrería y bordados, fruto de una collación que fue de las más ricas de la ciudad hasta bien entrado el siglo XIX.
   
    San Miguel piensa abrir sus puertas a todo esto y a mucho más, porque hay otros tesoros, que no permanecen siempre, solo en la caducidad del momento. Quedará por ver la noche de los grandes silencios, el fervor Sacramental de cada Minerva, la musicalidad de sus conciertos, la pomposidad  de sus celebraciones, la solidaridad de sus instituciones, la larga entrega de su párroco, la importancia de su archivo, el apostolado de tantos siglos y lo que significa San Miguel para tantos jerezanos. Todo eso no se podrá ver aunque estén las puertas abiertas, porque son puertas de San Miguel que se abren mucho más allá del edificio
 
    (Artículo publicado en Información Jerez el 17 de octubre de 2009. Jerez ya tiene abierta la ruta de sus tesoros ocultos, sin olvidar que el primer tesoro que se sumó a esta iniciativa fue el catedralicio templo de San Miguel)


 Imagen del ayer  que recoge una insólita procesión del titular del templo de San Miguel



El Sagrario de San Miguel una auténtica joya del patrimonio jerezano



San Miguel se alza airoso y elegante en el cielo jerezano


 
 

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