DEDICADO A LA MEMORIA DEL PADRE JESÚS FERNÁNDEZ DE LA PUEBLA (Q.S.G.G.) QUE EL PASADO SÁBADO VERÍA, CON GOZO, DESDE LOS BALCONES DEL CIELO A SU "MORENITA", LA VIRGEN DE LA CABEZA, PROCESIONANDO POR EL BARRIO DE PICADUEÑAS.
Existe en Jerez una plaza que lleva por nombre Santa Isabel. Lleva dicho nombre por su situación frente al antiguo Hospital General de Santa Isabel, fundado un 26 de Septiembre de 1841 en lo que hasta cinco años antes había sido convento de la Merced, con las rentas y bienes de los hospitales parciales de San Juan de Dios, vulgo de la Candelaria y de Juan Pecador, de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, de Mujeres Incurables bajo el título de Jesús, María y José, y el Hospital de la Caridad bajo la advocación de San Bartolomé.
Antes se llamó Alameda de la Merced o Muro de la Merced. por estar presidida la plaza por el convento de mercedarios calzados de Nuestra Señora de la Merced, cuya fundación, en 1268 ha sido atribuida, tradicionalmente, a San Pedro Pascual, Obispo de Valencia; donde se venera la antiquísima imagen de Santa María de la Merced, Patrona de la ciudad.
En el centro de la plaza se alza el monumento a los tres frailes que en 1940 reestablecen la comunidad mercedaria tras permanecer más de un siglo ausente a consecuencia de la famosa ley de desamortización de Mendizábal. Estos tres mercedarios miran al templo patronal, los tres,y entre ellos el recordado Padre Manuel, no apartan su vista de la mercedaria portada que un día de 1635 comenzara a levantar Domingo Fernández Galafate para que sirviera cada año de arco triunfal a la salida de la morena Virgen Patrona.
Y fueron los mismos tres mercedarios los que vieron el pasado jueves entrar al Padre Jesús, ya sin vida pero lleno de gloria, por la misma puerta donde habita la Madre de los jerezanos y de sus campos en flor, tres mercedarios mirando a un mercedario que desde aquel jueves ya merecía estar junto a ellos con la mirada clavada en la Merced. En el centro de la plaza de Santa Isabel hay ya cuatro mercedarios en vez de tres, el último no está aún porque ha viajado a Herencia a llevar una herencia que ha atesorado en Jerez: el cariño y el aprecio de sus muchos amigos, y como el hijo que se marcha de su casa para buscar sentido a su vida, el Padre Jesús ha vuelto con sus padres, tras una larga ausencia, con las manos llenas de talentos y con un herencia rica de cuanto Jerez le ha dado para poder pagar su impagable entrega a todo lo jerezano.
La herencia del Padre Jesús será difícil de olvidar, en especial para sus gentes sencillas del barrio de Picadueñas, tan sencillas como él lo fué en vida, donde desde cuanto antes debe tener su calle; cuando se invoque a la Virgen de la Cabeza y el himno de la morenita rompa las gargantas; cada 24 de Septiembre, cuando aún retumben sus cantos entre olores a nardos y fervorines mercedarios, faltará su nombre en las convocatorias de culto de las cofradías, su presencia en las reuniones de pregoneros, la acostumbrada cita en el tríptico de la Coronación, cada vez que saludemos al Padre Felipe, cuando veamos a Ana María Salas ayudando en la Basílica, cuando nos crucemos con la familia Zarzana, cuando en Jerez se hable de la Merced y de Cofradías.
Y lo veremos allí en los medios de la plaza de Santa Isabel, entregando generosos donativos a los indigentes, como yo lo he visto, sintiéndose enfermo entre los enfermos, como aquellos que tanto padecieron en el viejo hospital, y peregrino con sus peregrinos, sonriendo a diestro y siniestro, amigo de todos y apreciado sin límites. Y sobre todo lo veremos junto a la Morena Patrona entregándole los aplausos, tal como lo hizo en su pregón y llenándola de oraciones marianas. Quizás lo hará con el mismo himno de la coronación mercedaria, puesto, cuando nadie lo vea, con su blanco hábito mercedario, a las puertas de la Basílica Patronal diciendo: "Como olvida a la noche la aurora olvida Tú, Redentora, mi humilde pequeñez. Y acepta, Señora, con mirada amiga, rendido de amor a tus pies, el racimo, la flor y la espiga que ofrece, conmigo, Jerez". Para terminar, mirando a la Merced, clamando uno de esos rotundos "VIVA" a la Virgen Morena, que aún resuenan por Santa Isabel.
(Artículo publicado, tras la muerte del Padre Jesús Fernández de la Puebla, en Información Jerez el 5 de abril de 2008 y, posteriormente, en el Boletín Oficial de las Cofradías de Jerez)
¿Qué pasó con la torre de la Merced?
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